Por lo general,quienes tienen bienes,éstos les sirven de refugio mientras ellos les son serviles a los objetos que han logrado reunir,sin poder entender lo desnudas y hechas girones que han quedado sus almas peleadas con su costado que se suponía humano y que ha dejado de serlo.Estos mendigos con hambre y sed de amor se convierten paralelamente en guardianes de todo aquello que los sobrevivirá, sin dignificarles.
Lo peor de todo,paradógicamente,no esta en el otro ,osea en aquel que puede llegar a producir rechazo en cada uno de nosotros( me incluyo por más que no profese semejante manera de actuar),lo peor está en el que mira y da vuelta a la cara para el lado contrario,pués en el momento que lo hace descubre en lo que vé y le deprime,lo mísero de su existencia y de la existencia en sí cuando la solidaridad esta ausente,porque aquel,a quien desprecian,les recuerda sus miserias no barridas ,ni espulsadas de su pecho,las que acumulan a la sombra de cruel vida.
Por lo general,quienes tienen bienes,éstos les sirven de refugio mientras ellos les son serviles a los objetos que han logrado reunir,sin poder entender lo desnudas y hechas girones que han quedado sus almas peleadas con su costado que se suponía humano y que ha dejado de serlo.Estos mendigos con hambre y sed de amor se convierten paralelamente en guardianes de todo aquello que los sobrevivirá, sin dignificarles.
ResponderEliminarLo peor de todo,paradógicamente,no esta en el otro ,osea en aquel que puede llegar a producir rechazo en cada uno de nosotros( me incluyo por más que no profese semejante manera de actuar),lo peor está en el que mira y da vuelta a la cara para el lado contrario,pués en el momento que lo hace descubre en lo que vé y le deprime,lo mísero de su existencia y de la existencia en sí cuando la solidaridad esta ausente,porque aquel,a quien desprecian,les recuerda sus miserias no barridas ,ni espulsadas de su pecho,las que acumulan a la sombra de cruel vida.
ResponderEliminar