EL OTRO HOMBRE de Miguel Delibes (II)



En las cosas menores está escondido muchas veces el destino y los grandes cambios de las personas. 

Sobre esta idea traza una historia costumbrista Miguel Delibes. Un matrimonio joven y aparentemente feliz, la nieve, un resbalón, una caída, unas gafas rotas, una obsesión, un descubrimiento…


Es invierno y las calles están blancas, heladas. A Juan Gómez se le rompieron las gafas tras una desafortunada caída. Esa mañana, antes de ir a la óptica para repararlas, mientras él se encuentra desayunando, su mujer experimenta una extraña sensación, un asco en su interior. Es difícil de explicar, pues su vida de pareja es satisfactoria pero, sin embargo, siente repugnancia al ver a su esposo. 

Primero piensa en la posibilidad de encontrarse encinta, aunque pronto se da cuenta de que ésa no es la causa de su desazón. El hombre con el que está conviviendo parece otro sin sus anteojos, esas lentes que le daban carácter y construían su personalidad. Esta idea la pone nerviosa, la perturba, la obsesiona incluso, y llega a creerse que en verdad aquél no es el hombre al que conoce desde hace diez años y con el que lleva poco tiempo casada, que el verdadero Juan podría aparecer en cualquier momento. La rotura accidental de unas gafas hace aflorar en esta mujer el miedo a la convivencia, a la aventura del matrimonio, y la obliga a replantearse si verdaderamente ama a su marido.

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