LA FUGA de Rainer Maria Rilke (II)

Veamos unas claves para la interpretación del relato de esta semana:

Personajes: Fritz y Ana. Él estudiante, ella una pobre chica sometida a una rígida disciplina por parte de su progenitor. Dos adolescentes que viven un primer amor romántico y pasional en medio de sus metódicas existencias, una relación que no aprueban sus respectivas familias y que deben experimentar y mantener en secreto. Se encuentran perdidos, extraviados como la golondrina que revolotea en un párrafo del relato, ante una situación de difícil arreglo.

Las fugas: el título de este cuento hace referencia a una huida, fuga o escape, pero en la narración nos encontramos con dos fugas diferentes e igualmente relevantes: la huida apuntada precipitadamente por Fritz e improvisada posteriormente por Ana, que supone la independencia del yugo paterno, la entrada en el mundo adulto, a un lugar desconocido (en ningún momento de la lectura sabemos a dónde se dirige ese tren…), y el escape de Fritz, presa del miedo (ese miedo que le hace dudar de sus sentimientos hacia Ana), de la propia fuga, de la incerteza de lo desconocido.

Espacios: dos lugares contrapuestos tienen relevancia en este relato. Por un lado, la iglesia que, oscura y silenciosa, asiste a la entrevista secreta de los jóvenes (algo habitual hace años, pues la iglesia era el único lugar donde chicos y chicas podían encontrarse sin levantar sospechas). Por otro, la estación, lugar donde tiene lugar la fuga o huida final, un lugar acostumbrado al trasiego de gentes y equipajes, un lugar luminoso y ruidoso.

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