EL RETRATO OVAL de Edgar Allan Poe (II)


Hemos leído esta semana el relato El retrato oval, de Edgar Allan Poe, publicado por primera vez en 1942. Como de costumbre, os dejo una serie de claves para su lectura y comprensión:

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Una historia dentro de otra historia: el relato narra la historia (presente) de un hombre herido que pasa la noche en un castillo abandonado a instancia de su sirviente. Una vez allí, coge un pequeño libro que explica los cuadros y retratos que están colgados de sus paredes. Se fija, concretamente, en un retrato oval de una hermosa joven llena de vida y procede a leer su historia (pasado): se trataba de una mujer que se enamoró de un pintor y se convirtió en su esposa y modelo. Acudían a diario a su torre, donde el pintor la dibujaba durante horas. Mientras el pintor captaba el esplendor de la mujer ésta, poco a poco, enfermaba, se iba debilitando. Cuando finalmente el pintor termina su obra, la mujer está muerta.

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La vida y la muerte son traspasadas del cuerpo de la mujer al lienzo y viceversa. La mujer se marchita al mismo ritmo que su imagen va tomando forma en el cuadro. Si al inicio la mujer es joven y bella y el lienzo está vacío, al final el cuadro es brillante y la mujer es cadáver.

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El rol de los sexos: en este relato se observa, por una parte, a un hombre de talento obsesionado con su “carrera” (apenas mira a su mujer), y, por otra parte, a una mujer sumisa y pura que sacrifica su belleza, su juventud y su salud en aras del éxito de su marido.

- La historia tiene lugar en un castillo aislado y a la media noche, dos elementos de ambientación característicos de las historias de terror.

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Herencia: el tema de El retrato oval es retomado posteriormente por Oscar Wilde en su novela El retrato de Dorian Gray, en 1891 (que hace poco fue noticia aquí) con ciertas variaciones: en esta novela es el cuadro el que envejece mientras el modelo “disfruta” de una juventud eterna.

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