LOS OTROS DIOSES de H. P. Lovecraft (IV)

En un mundo en el que los dioses han sido empujados por la gente a la cima de una montaña (el Hatheg-Kla), el profeta Barzai el Sabio inicia una peregrinación con el deseo de oír sus voces y contemplar sus rostros, acompañado por su fiel discípulo, el joven sacerdote Atal. Este peligroso periplo por un mundo abrupto y fantástico, último reducto de los debilitados dioses, se convierte en un desafío a los dioses de la tierra que, asustados, reciben el auxilio de los dioses de los infiernos exteriores, cuya venganza recae en las carnes del ambicioso anciano Barzai.

Éste es el argumento del genial relato del maestro del terror H. P. Lovecraft, que lleva por título Los otros dioses.

En este texto, podemos observar la principal característica de la obra de Lovecraft, la creación de un completo e ilusorio universo propio, engendrando para ello una serie de personajes (el profeta Barzai, el sacerdote Atal),  ciudades (Kadath, Nig, Ulthar), montañas y otros accidentes geográficos (Hatheg-Kla, monte Ngranek, río Skai), deidades e incluso una completa cultura religiosa (libros sagrados como los Manuscritos Pnakóticos, los siete libros crípticos de la Tierra, personajes históricos como Sansu, etc.)

La historia se ambienta, por lo tanto, en un universo imaginario. En ella aparecen varios personajes fundamentales:

- Personajes terrenales e individuales. Dos son los protagonistas del cuento: Barzai el Sabio y su discípulo Atal. De Barzai podemos decir que es un profeta anciano y respetado, gran conocedor de la religión, valiente, fuerte, curioso como todo sabio, atrevido, temerario, engreído y un tanto lunático. El sacerdote Atal, por su parte, es un personaje fiel, pues sigue a su maestro a pesar de sus temores, realista y respetuoso con las tradiciones y la religión.

- Personajes terrenales y colectivos. Los aldeanos aparecen como un grupo único e indivisible, caracterizado por la superstición y el miedo a los dioses.

- Personajes divinos y colectivos. Existen dos grupos de divinidades: los dioses de la Tierra y los dioses de los infiernos exteriores. Los primeros son unos dioses venidos a menos, debilitados, desplazados a las cumbres montañosas por la curiosidad humana (los humanos son curiosos y desobedientes, lo que nos remite al mito de Adán y Eva). Son personajes casi humanos, con sentimientos (están asustados, añoran tiempos mejores, lloran, juegan, danzan…). Por el contrario, los otros dioses, los de los abismos, son poderosos y vengativos.