Esta semana hemos leído el relato del escritor argentino
Adolfo Bioy Casares, Margarita o elpoder de la farmacopea, un relato fantástico, en la onda de Edgar Allan
Poe, y cargado de humor negro.
La estructura del texto es sencilla. Comienza con un
reproche de un hijo a su progenitor (“A vos todo te sale bien”), finaliza con
un nuevo reproche (“Margarita no tiene la culpa”), con los mismos protagonistas,
que cierra la narración. Entre esos dos reproches, encontramos tres partes
diferenciadas.
En la primera, asistimos a un diálogo acerca del tema del
triunfo. Conversan el protagonista del relato –luego nos enteraremos de que es
un químico de renombre- y su nuera. Se enfrentan dos posturas, el positivismo,
defendido por el hombre, y el romanticismo, representado por la mujer. El
positivismo significa una posición de fuerza, y se vincula con la violencia del
desenlace; el romanticismo, por el contrario, simboliza la debilidad (de las
víctimas).
En la segunda parte de la narración, el protagonista y narrador
repasa su trayectoria profesional con falsa modestia. Nos enteramos así de que
es un químico que ha trabajado en la industria farmacológica y que ha tenido un
notable éxito en su carrera, no en vano algunas de sus fórmulas y compuestos se
venden en las farmacias y están expuestos en los escaparates. Él se siente
especialmente orgulloso de su tónico Hierro Plus, un complejo reconstituyente.
Finalmente, asistimos a la tercera parte de la historia, su
desenlace. La nieta menor de este hombre (tiene cuatro nietos), Margarita, de
dos años de edad, parece enferma. No tiene apetito, está pálida, lánguida, y
eso preocupa a su madre. El farmacéutico prueba a darle su Hierro Plus, cuatro
cucharadas diarias. El tratamiento tiene un éxito sorprendente, Margarita
recupera la apetencia, el color, las carnes y el vigor.
El protagonista acude por la mañana a casa de su hijo y se
encuentra con un espectáculo atroz: Margarita está sentada en la mesa, con un croissant
en cada mano, manchada de dulce y… de sangre. Ha devorado a sus padres y a
sus hermanos para saciar su voracidad,
Quibe lá pessoa lírica deste cuento
ResponderEliminaruna mierda de texto,por culpa de este texto tuve un rojo en lenguaje
ResponderEliminarksksksksk ya pero no te enojipo xd
Eliminarxdddddd
EliminarLLORA
Eliminareri puro weon
ResponderEliminarEsta historia nos pone frente a dos realidades:la falsa modestia del farmaceutico y la debilidad de las victimas.Reordé la Gallina degollada al leerlo.
ResponderEliminarYora
ResponderEliminarxd
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