La reina Mab es un personaje cuasimitológico del inventario del
escritor modernista Rubén Darío. Se trata de un hada minúscula que trae la
esperanza y la felicidad a los artistas que se encuentran deprimidos, si bien
esa alegría no es de todo real, sino más bien “el diablillo de la vanidad”.
Otras hadas habían repartido sus dones a los profesionales,
dones todos ellos pragmáticos, ventajosos para la vida diaria de quien disponía de ellos, pues les reportaban un beneficio económico.
En el cuento, Rubén Darío nos presenta a cuatro artistas –un
escultor, un pintor, un músico y un escritor- que malviven a pesar del talento
que poseen. La sociedad en la que viven no valora su arte y ellos pasan
penurias para alimentarse.
El escritor nicaragüense nos ofrece un relato de crítica
social en el que el objeto de censura es el capitalismo, ya que considera que, en su época, las obras de arte
son juzgadas por su valor económico y no por su valor estético o artístico, lo
que degrada a las obras de arte en sí y a sus creadores. A raíz de este
conflicto, los artistas como él se revelan y realizan obras complejas que sólo
están al alcance de una élite cultural e intelectual.
Como podemos ver en el relato El velo de la reina Mab, la obra de Rubén Darío está plagada
de vocablos cultos, metáforas o referencias históricas, culturales y
mitológicas (Goliat, Venus, Fidias, Apolo, Minerva, Diana, ninfas, faunos,
Madona, Cleopatra, querubines, Terpandro, Wagner, fuente de Jonia, Musa, etc.)
que dificultan su seguimiento y comprensión por los pocos versados,
características todas ellas propias de la escuela modernista.
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